Albistea

El límite de los derechos humanos

El cambio climático y los derechos humanos están directamente relacionados: el aumento del primero afecta al pleno disfrute de los segundos.

Paz Miguel Somalo

Desastres naturales, difusión de enfermedades, sequías, inundaciones, aumento del nivel del mar. Todas estas consecuencias tienen un culpable común: el cambio climático. Aunque esta realidad no es evidente en todos los países del mundo, los más vulnerables a los desastres naturales por su geografía o por la pobreza están siendo golpeados por este  cambio en la climatología mundial. Además, muchos expertos pertenecientes a organizaciones internacionales coinciden en que pronto influirá en el resto del mundo, no sólo por consecuencias como pueden ser los desastres naturales, también por migraciones de personas que se ven obligadas a abandonar sus países empujadas por el cambio climático.

El Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, entre otras instituciones, lleva años advirtiendo sobre este problema. De hecho, se han aprobado algunos acuerdos entre los países miembros de la ONU para intentar crear un modo de vida compatible con el medio ambiente. Por ejemplo, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que propone a los países una serie de retos que deben introducir en sus políticas, teniendo como eje transversal en sus actuaciones la sostenibilidad. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se crearon en torno a la idea de cambiar el actual modo de producción y consumo para llegar a crear  una economía más circular.

Aún así y a pesar de que algunos Estados han introducido medidas, el modo de producción y de consumo, sobre todo de los países más desarrollados, no es compatible con la sostenibilidad, por eso es necesario realizar cambios en el estilo de vida occidental. El ritmo de vida de estos países ha acelerado el desgaste del medio ambiente y sus consecuencias afectan directamente a las personas que viven en países más  vulnerables. En un informe realizado en 2014 por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), se confirmó que las emisiones de gases de efecto invernadero, producto de la actividad humana, eran la causa principal del cambio climático.

Es evidente que el cambio climático no afecta a todos los países de la misma forma. Sus consecuencias son mucho más visibles en comunidades que se encuentran en una  situación vulnerable por su geografía, por la pobreza o por las guerras -entre otros factores-. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las repercusiones del clima no se distribuirán de forma equitativa en el mundo, las poblaciones de los países en desarrollo, en particular los pequeños países insulares, las zonas áridas y de alta montaña y las zonas costeras densamente pobladas se consideran altamente vulnerables. 

Uno de estos casos es Haití, un país indefenso ante los desastres naturales y que está sufriendo en primera persona el cambio climático. “Nuestras lomas se han quedado sin árboles, nuestros ríos sin agua y nuestras familias sin comida. Nuestros suelos están perdiendo su riqueza y dentro de poco ya no podremos cultivar más”, contaba una mujer agricultora del sudeste del país. Haití está ubicado en la zona limítrofe entre las placas tectónicas del Caribe y la  norteamericana. Este es el motivo por el que se ha visto expuesto a los desastres naturales, destacando el terremoto del año 2010, que afectó a tres millones de personas y causó la muerte de 300 mil, según datos de Solidaridad Internacional.


Sudeste de Haití. Foto: Solidaridad Internacional

Como explica la OMS, la geografía y la pobreza son dos de los factores que hacen que un país sea más vulnerable al cambio climático. Haití, además de ser un claro objetivo de este por su geografía, también lo es por su pobreza, sobre todo en el Sudeste. La resiliencia de las personas que viven en esa zona ante las catástrofes naturales es limitada.  Solidaridad Internacional ha puesto en marcha un proyecto con enfoque de género en el Sudeste de Haití para reforzar esta resiliencia de las comunidades rurales que viven allí.  

El objetivo principal de este proyecto es reducir el impacto de los desastres naturales reforestando bosques, creando vías de evacuación seguras, formando a las personas para la intervención comunitaria en la protección civil, educando a los niños en los colegios sobre las zonas más vulnerables, instruyendo a las familias y construyendo grandes cárcavas, utilizadas para prevenir los deslizamientos de tierra. Dentro del proyecto, una de las acciones más importantes es la reforestación de los bosques, ya que estos podrían ser una pieza fundamental para frenar el cambio climático. Los bosques y la madera que producen atrapan y almacenan el bióxido de carbono, por lo que contribuyen a mitigar el cambio climático, según datos de la FAO.

Vivero de árboles para reforestación del Sudeste de Haití
Vivero de árboles para reforestación del Sudeste de Haití. Foto: Solidaridad Internacional.

Haití es solamente uno de los países afectados directamente, con las peores consecuencias, por los desastres naturales y por el cambio climático. Este golpea duramente a su población y a su territorio reduciendo las posibilidades de los haitianos de vivir con normalidad. Varias organizaciones sociales e internacionales reivindican actuaciones a los gobiernos; es necesario que se tomen medidas efectivas para que los acuerdos se conviertan en una realidad y entre todos logremos frenar al cambio climático y a la consecuente  reducción de los derechos humanos y de la calidad de vida de las personas.