Albistea

Un refugio donde sobrevivir

Aproximadamente un millón de personas sirias llegaron a Líbano huyendo de una guerra devastadora que lleva activa desde el año 2011

Paz Miguel Somalo

Víctimas de guerras, amenazados por la religión, por su orientación sexual o por su sexo. Mujeres que huyen de la mutilación genital, de violaciones y de abusos sexuales. Niños forzados a convivir con armas, víctimas de traficantes, esclavos sexuales o niñas obligadas a matrimonios forzosos. Según ACNUR estos son los motivos que obligan actualmente a 65 millones de personas a huir de sus hogares en busca de un destino mejor. Cada una de ellas por un motivo diferente, pero con un objetivo común: encontrar ayuda y salvarse. 

Aunque  frecuentemente se tiende a pensar que las personas desplazadas emigran sobre todo a países occidentales, los datos no reflejan la misma realidad. Los países que reciben a más refugiados son Irán, Líbano, Turquía, Uganda y Pakistán, por lo tanto el 85% de las personas desplazadas son acogidas por países en desarrollo. Las migraciones se producen sobre todo desde Afganistán, Sudán del Sur y Siria, según datos de ACNUR. Los conflictos y las persecuciones obligan a 44.400 personas al día a abandonar sus hogares. 

Desde el año 2011, Siria vive una guerra que se ha alargado hasta la actualidad y que ha provocado migraciones masivas de población hacia los países fronterizos. Una guerra devastadora que ha provocado 6,3 millones de desplazamientos y consecuencias humanitarias desastrosas desde su inicio. Líbano ha sido el país que más refugiados sirios ha acogido. Durante la historia del país libanés, este ha sido lugar de refugio de miles de personas que han huido por causas ajenas a su voluntad: primero palestinos, ahora sirios. 

Según datos del informe ‘Tendencias globales de desplazamiento forzado en 2017’ de ACNUR, para ese mismo año se habían inscrito aproximadamente un millón de refugiados sirios y 30.000 palestinos. Esto significa que prácticamente el 25% de la población libanesa son personas refugiadas, siendo ésta la proporción más alta de población refugiada per cápita en el mundo. Actualmente, Líbano cuenta con alrededor de 6 millones de habitantes, mientras que en el año 2010 rondaban los 4,3 millones. 

Líbano se ha caracterizado históricamente por la inestabilidad política, los conflictos religiosos entre las diferentes comunidades y la ocupación de su territorio por diversos motivos. Actualmente, el riesgo de verse inmerso en el conflicto sirio y la incapacidad del ejecutivo de tomar decisiones determinantes son dos de los problemas más graves del país, que afectan tanto a su población como a las personas refugiadas que viven actualmente en Líbano. 

El número de refugiados sirios desplazados al país vecino cada día es mayor, en detrimento de la capacidad del gobierno para garantizarles las necesidades básicas. Las infraestructuras son insuficientes y la población lucha por conseguir los recursos básicos para sobrevivir. Según datos de la ONG Movimiento por la Paz, la mitad de las personas sirias desplazadas en Líbano es menor de 18 años y el 80% no acuden a ningún centro escolar. Esto se ha convertido en un grave problema porque la xenofobia y la delincuencia están aumentando en el país. 

Además, muchas personas que escapan de la guerra siria no obtienen el estatus oficial de refugiado, esto significa que no pueden acceder a asistencia humanitaria vital. Con el paso del tiempo y el enquistamiento de la guerra siria, los cupos para acceder a los campos de refugiados se fueron agotando. Muchos de los migrantes que han llegado a Líbano en los últimos años no han podido entrar en campos oficiales, buscando un lugar en asentamientos informales y aumentando su vulnerabilidad. 

                             

Desde el año 2016, Solidaridad Internacional y la asociación PARD (Popular Aid for Relief and Development) llevan a cabo un proyecto educativo para 200 menores refugiados, tanto sirios como palestinos, en el sur de Líbano. La iniciativa comenzó con el objetivo de reducir el porcentaje de personas sin acceso a la escuela y, como consecuencia, crear una cultura de paz con enfoque en los derechos humanos y la cohesión social. Esta propuesta también favorecerá a la futura reconstrucción de Siria, que antes del estallido de la guerra tenía una tasa de escolarización absoluta, según datos de Solidaridad Internacional. 

El proyecto llamado “Ayuda de emergencia para brindar apoyo educativo y psicosocial a la población infantil refugiada en el sur del Líbano” e implementado en la ciudad meridional de Tyro reúne a padres y madres de los menores con profesoras, con el propósito de conocer la realidad que viven esas personas e implementar las medidas que puedan ser más eficaces. Tras el curso 2017/18, 62 menores pudieron superar el examen de acceso a la escuela primaria del sistema educativo libanés, por lo que los objetivos propuestos se cumplieron satisfactoriamente. 

El conflicto sirio y los desplazamientos masivos a Líbano son solamente uno de los ejemplos de los muchos países que están viviendo esta situación. Este 20 de junio, Día Internacional del Refugiado, es más necesario que nunca recordar que estas personas huyen de conflictos y de unas condiciones de vida pésimas por obligación, buscando un refugio donde sobrevivir. 
 

A través de la Campaña Ciudadanía en Movimiento por los Derechos Humanos y la Igualdad de Género, Nazioarteko Elkartasuna - Solidaridad Internacional reivindica el respeto del Derecho Internacional de los Derechos Humanos y, en especial, el respeto de los derechos de las personas refugiadas, así como el fin de la venta de armas a países en conflicto.