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Mujeres de Senegal
Mariama Lo

“Soy una mujer del hogar. Madrugo todos los días. Cuando me levanto me ducho, hago mi oración y arreglo la casa, limpio y ordeno todo. Después me preparo el desayuno y doy el desayuno a los chicos y les llevo a la escuela. Voy a trabajar y después vuelvo a casa para preparar la comida. Tengo una granja de pollos. Les doy de comer y beber, limpio la granja y después vuelvo a casa, donde preparo la comida, comemos, limpiamos los cacharros y recogemos. Después los niños descansan y les vuelvo a llevar a la escuela por la tarde. Luego vuelvo a casa para preparar la cena. Una vez hecha, nos aseamos y esperamos la llegada de la hora de la cena. Así se resume nuestro día. Eso si no tienes que hacer la colada. A comprar vamos una vez por semana.

Nuestra vida es mejor que antes. Por ejemplo, antes no teníamos acceso a alimentos para complementar con la comida. Ahora viene el coche del pescado, en el entorno se crían pollos y también se cultivan vegetales.

El cambio climático se está notando en la crianza de pollos. Antes en 45 días alcanzaban el peso normal. Ahora necesitan más tiempo para alcanzar el mismo peso. El precio del pienso también ha subido, pero ha bajado la calidad. Eso tiene un impacto en el precio del pollo. Antes costaba 2.500 CFA y ahora 3.000 o 3.500.

Afrontamos muchas dificultades en este negocio. Con el incremento de los costes, antes criábamos hasta 2.000 gallinas a la vez; ahora son entre 500 y 1.000. Ahora hemos tenido que parar momentáneamente por la alta mortalidad de las gallinas. Hemos tenido que desinfectar y realizar una profilaxis para frenar las nuevas enfermedades que están apareciendo. Ha bajado mucho la producción de pollos y huevos.”

De acuerdo con la investigación el “Impacto del Cambio Climático sobre la equidad de género en el Departamento de Kébémer, Senegal”, las mujeres y las niñas del medio rural (con bajas tasas de escolarización) son las más afectadas por el cambio climático. Las mujeres son las encargadas del hogar, la recolección de agua y leña para cocinar y la crianza de los hijos; además de trabajar en el sector agrícola y pesquero y generar ingresos complementarios a través de otras actividades. Los fenómenos y alteraciones climatológicas extremas relacionados con el cambio climático, y su incidencia negativa creciente sobre la producción de recursos agrícolas, pesqueros y, de forma general, sobre los medios de vida, afectan de forma drástica a las mujeres. Son ellas las que tienen que dedicar más tiempo y esfuerzo (soportando temperaturas cada vez más elevadas) a sus labores cotidianas y a la obtención de recursos naturales y económicos, en un contexto de condiciones de vida muy extremas.

De la información recabada en el estudio de campo se desprende que las evoluciones e innovaciones observadas en la explotación de sistemas ganaderos para adaptarse al cambio climático se atribuyen a las mujeres. Entre las principales estrategias de diversificación de fuentes de ingresos adaptadas a los efectos del cambio climático se encuentran las explotaciones ganaderas más resilientes, que incluyen cría de pollos, ovejas, cabras, a través de nuevas razas más adaptadas, reforzadas con la compra de alimento para el ganado.

Entre las buenas prácticas y medidas de mitigación y adaptación al cambio climático identificadas en Kébémer se encuentran:

Las evoluciones e innovaciones observadas en la explotación de sistemas ganaderos (desparasitación de pollos con ajo, producción de alimento para el ganado a partir de sub-productos agrícolas), y agrícolas (diversificación en la producción de productos hortícolas para la búsqueda de nuevos mercados) por parte de las mujeres, son, igualmente, prácticas sostenibles y bien orientadas. La mejora de la salud animal a través del acceso a fuentes de agua seguras y de calidad permiten igualmente diversificar la dieta y optimizar el aporte proteínico a la población vulnerable, dada la escasa oferta de proteína animal.